22-10-2014 | ABC

El gobierno debe liderar España con inteligencia, decisión y proactividad, sin interés partidista ni atizando fantasmas

En los últimos meses se ha hecho fuerte en el imaginario colectivo que romper la baraja es la mejor solución para los problemas económicos, sociales y políticos. En Cataluña, sin ir más lejos, la propuesta populista que el separatismo plantea para acabar con la crisis es la demolición plebiscitaria de nuestro sistema democrático. Hay que romper con España, rompiendo a España, como única vía de escape a la crisis, predican Mas y sus acólitos. Sin el menor atisbo de autocrítica ante el enorme grado de corresponsabilidad que implica la descentralización administrativa y política española para quienes ejercen el poder autonómico.

Se dice que la crisis que padecemos viene en gran medida del exterior. Es cierto que España no es la única responsable de la crisis que padece todavía Europa.

Pero no es menos cierto que los aspectos particulares de nuestra crisis, burbuja inmobiliaria incluida, son mérito exclusivo de gobiernos sucesivos, tanto de ámbito nacional y autonómico, que no han velado como debieran para evitar el colapso financiero de las cajas y la debacle del sector inmobiliario, tras décadas de «más madera» a la que fuera primera locomotora de nuestra economía. Una locomotora que, por otra parte, tiene mucho que ver también con la corrupción institucionalizada y enraizada en los partidos de poder.

El resultado, irritación colectiva y desapego a un proyecto común que nos ha dado, en su formato vigente, las mayores cotas de paz, libertad, igualdad, riqueza y bienestar que nunca hemos tenido. Irritación y desapego que debilita al bipartidismo de la alternancia en España y que ha disparado los populismos exacerbados.

Urge reforzar la vigencia del proyecto común que describe nuestro marco constitucional y estatutario. El gobierno debe liderar España con inteligencia, decisión y proactividad, sin interés partidista ni atizando fantasmas. Debe buscar aliados leales y fiables para poner en valor ante todos los españoles lo que nos une y nos ha convertido en una gran nación europea. En vivo y en directo. Sin plasmas.

Nos jugamos mucho.